La ecografía es un estudio de diagnóstico, en el que se utilizan ondas ultrasónicas, que al atravesar las diferentes estructuras del ojo se reflejan y devuelven diferentes "ecos", generando imágenes de gran utilidad cuando no hay transparencia de los medios que permitan visualizar las estructuras intraoculares de forma directa, como es el caso de cataratas muy densas, opacidades corneales severas o hemorragias vítreas.
Para realizar el estudio, se coloca un gel sobre los párpados y se coloca un transductor sobre los mismos. Esto permite visualizar las imágenes en una pantalla. Es un estudio sencillo y no doloroso, que puede llevarse a cabo con el paciente sentado en una silla.
ANTES
Las ecografías oculares no exigen una preparación específica ni dilatación pupilar. Aunque no es necesario abstenerse del uso de lentes de contacto, se aconseja prescindir de ellas al someterse a estas pruebas.
En el caso de la UBM (ultrabiomicroscopía), la cual utiliza ondas ultrasónicas de alta frecuencia para obtener imágenes detalladas del segmento anterior del ojo, es necesario realizarla sin lentes de contacto. Además, para garantizar la comodidad del paciente durante el procedimiento, se aplican gotas anestésicas y se coloca un separador entre los párpados. Este enfoque minimiza cualquier posible molestia derivada del uso del separador. Estas consideraciones aseguran resultados precisos y una experiencia cómoda para el paciente durante la realización de las ecografías oculares, proporcionando información valiosa para el diagnóstico y tratamiento oftalmológico.
DESPUES
Las ecografías oculares se clasifican como técnicas no invasivas, eliminando la necesidad de contacto directo con el ojo y evitando la ocurrencia de reacciones adversas. Después de estas pruebas, los pacientes pueden llevar a cabo sin inconvenientes cualquier actividad diaria, ya que no generan efectos secundarios significativos.
En relación con la UBM (ultrabiomicroscopía), se realiza sin contacto directo con el ojo, pero requiere la administración de gotas anestésicas. Es importante destacar que, tras la aplicación de estas gotas, el paciente debe abstenerse de usar lentes de contacto durante al menos un par de horas. Esta precaución busca garantizar la seguridad y comodidad del paciente durante y después del procedimiento, permitiéndole retomar sus actividades habituales sin contratiempos.
En las ecografías oculares, se aplica un gel sobre la sonda del ultrasonido, que se coloca suavemente contra los párpados para llevar a cabo el examen. Durante la prueba, el paciente debe mantener los ojos cerrados mientras el optometrista realiza el procedimiento.
Para la UBM, se inyectan gotas de anestésico para facilitar el mantenimiento de los ojos abiertos mediante un separador. La superficie ocular se cubre con suero fisiológico para asegurar la transmisión óptima de la señal del ultrasonido. Luego, una sonda se desliza suavemente sobre el suero, sin llegar a entrar en contacto directo con el ojo.
Este procedimiento, realizado por un oftalmólogo, tiene una duración breve, generalmente unos minutos. Una vez recopilados los datos, el oftalmólogo interpreta los resultados y los comunica al paciente en la próxima visita. Esta técnica no invasiva y segura proporciona información valiosa para el diagnóstico oftalmológico, permitiendo al paciente retomar sus actividades habituales sin contratiempos después del examen.