Es una alteración visual que se manifiesta en personas con globos oculares de pequeño diámetro, y su característica principal es la visión borrosa para los objetos cercanos (aproximadamente menos de 6 metros). A diferencia de la miopía, la hipermetropía no progresa durante el crecimiento y está determinada genéticamente. Además, suele producir dolores de cabeza, principalmente al final del día, debido al esfuerzo constante para acomodar la visión. Si tienes hipermetropía, es importante que te hagas exámenes oculares frecuentes con un oftalmólogo para detectar cualquier problema a tiempo.

Síntomas:
Es muy frecuente en los niños ya que a esas edades el ojo es más corto de lo normal. Los adultos con hipermetropía alta presentarán visión borrosa, principalmente de objetos cercanos.

Tratamiento:
El examen temprano es imprescindible para que la hipermetropía no se agrave. Se han diseñado formas de corrección como anteojos, lentes de contacto o cirugía refractiva.

Es una condición común que puede causar visión borrosa o distorsionada. Se produce cuando la córnea o el cristalino del ojo tienen una forma anormal. La única manera de saber si se tiene astigmatismo es a través de un examen ocular. Los anteojos con receta médica o los lentes de contacto pueden ayudar a mejorar la visión. En algunos casos, se puede optar por la cirugía para corregirlo. Los síntomas más comunes incluyen visión borrosa, necesidad de entrecerrar los ojos para ver con claridad, dolor de cabeza, fatiga ocular y problemas de visión nocturna. Es importante mencionar que el astigmatismo puede ser heredado y que también puede ser causado por lesiones o enfermedades oculares.

Síntomas:
Percepción de imágenes distorsionadas. Puede causar dolores de cabeza o molestias oculares.

Tratamiento:
La mayoría de los pacientes necesitan gafas o lentes de contacto para corregir la visión defectuosa.